Homenaje a Francisco Leal Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro
La Asociación de Autores de Iluminación estuvo presente en el homenaje del escenógrafo y diseñador de iluminación Paco Leal, socio de la AAI desde 2015, durante la última edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
En un acto celebrado este lunes 20 de julio en el Palacio de los Oviedo, nuestro socio Pedro Yagüe, en representación de los equipos técnicos que han pasado por el Festival de Almagro en los últimos años, ofreció unas palabras de reconocimiento al homenajeado quien lleva más de 25 años de director técnico.
El acto estuvo presidido por Fernando Cerón, subdirector general de Teatro del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Ana Vanesa Muñoz, viceconsejera de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Ignacio García, actual director del Festival de Almagro y también los directores precedentes Luciano García Lorenzo y Natalia Menéndez.
Toño Camacho, Mario Goldstein, Óscar Sanz, Maika Chamorro, Pedro Yagüe, Vicente Briñas, Javi Almela y Elisa Sanz, entre otros, le entregaron la insignia del festival a Paco Leal.
Sobre Paco Leal
Con una trayectoria profesional dedicada al teatro, Francisco Leal (Murcia, 1957) comenzó en los años 80 como coordinador técnico del Teatro del Matadero de Murcia (1979-1980) y de la compañía murciana Julián Romea de Murcia (1980-1983).
Es entre 1983-1989 cuando arranca su etapa al frente de la dirección técnica del Teatro Bellas Artes de Madrid, donde trabaja para espectáculos como Casandra de Galdós, La Muerte de un viajante de Arthur Miller, o Bajarse al moro de José Luis Alonso de Santos.
Desde la temporada 88-89 se pone al frente de la dirección técnica del Teatro Nuevo Apolo de Madrid, continuando con su colaboración en el Teatro Bellas Artes y realizando diversas giras por Europa y América. En 1989 y hasta 1994 asume la dirección técnica del Centro Dramático Nacional (CDN), -con sede en el Teatro María Guerrero de Madrid-, con los que realiza más de sesenta espectáculos y giras por toda España. En este periodo colabora con reconocidos directores como José Carlos Plaza, Josefina Molina, Bob Wilson, Miguel Narros, Gutiérrez Aragón, William Layton o José Luis Gómez, entre otros.
Desde 1995 y hasta el día de hoy es el director técnico del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, dedicación que ha combinado con la dirección de otros eventos como el Festival de Teatro y Música Medieval de Elx (2000-2006) o el Teatro Circo de Murcia (2011- 2020).
Cualquier elogio que podamos hacer a Paco Leal se queda corto. Recibe este homenaje en reconocimiento a sus 25 años de labor al mando de los equipos técnicos del Festival, un milagro manchego, una ilusión imposible. Que en un municipio de menos de 10.000 habitantes esté el mejor Festival del Siglo de Oro del mundo y que hoy en día se desarrolle en 14 escenarios distintos, es posible gracias a un trabajo técnico impresionante, que pasa por la adecuación de los espacios, la conservación de los edificios, tener una maquinaria técnica y, sobre todo, un personal humano tan tonificado y engrasado.
Todas las compañías salen siempre de Almagro agradeciendo la experiencia, que es tremendamente acogedora por parte del municipio y del equipo, pero también agradeciendo que desde el punto de vista técnico hay una excelencia que no se encuentra en casi ningún otro lugar del mundo. El nivel de eficacia, de velocidad, de respuesta y de entrega es una labor incansable que se hace por parte de un equipo técnico enorme a cuya cabeza desde hace un cuarto de siglo está Paco; Paco es Almagro, es una parte fundamental de la historia del Festival y creemos que merece este y todos nuestros reconocimientos.
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HOMENAJE FITCA 2020 a FRANCISCO LEAL.
Texto de Pedro Yagüe.
Buenas tardes a todas y a todas.
Y Enhorabuena Paco.
Me ha tocado a mi estar hoy aquí arriba, pero creo que no me equivoco si digo que mis palabras las podrían decir cualquiera de los que estáis en el patio de butacas, o aquí, en el escenario, y hayáis coincidido o trabajado con Paco.
Han pasado ya muchos años, pero todavía hoy, tengo la imagen de aquella sala en el Colegio Mayor Azarbe. Era por la tarde, en Murcia, años 90, sede en aquellos tiempos del Teatro Universitario. Tú, César Oliva, Javier Almela y yo mismo. César nos presentó y como dicen ahora: ahí empezó todo. Unos filtros de color mezclados, desordenados, unos focos mal colocados, mangueras por el suelo, etc. Y enseguida te fijaste en ello, y nos lo dijiste. En aquella ocasión, lo pillamos… A la segunda.
Éramos estudiantes de Filología Hispánica y aunque no sabíamos nada de todo aquello, ese nuevo mundo que se abría ante nuestros ojos se convertiría en nuestro futuro profesional, y también personal.
A partir de ese momento nos marcastes las primeras pautas que debíamos seguir en nuestro trabajo: orden, limpieza, rigor, profesionalidad y responsabilidad. Pero, ante todo, respeto por los demás.
Y comenzamos a conocerte. Amable, bondadoso, estricto, responsable, quizás un poco maniático, imaginativo, creativo… Y trabajador, un trabajador incansable. Y así te convertiste para mí, como imagino que para muchos otros compañeros y amigos, en un segundo padre, en esa persona que está cuando hay que estar, en los buenos y en los malos momentos. Y creaste, como digo, una familia, un equipo que, en gran parte, permanece hasta hoy.
Me acogiste en Madrid y en Murcia y, recuerdo muchas veces como, sentado en tu estudio, empecé a sentir el gusanillo por el mundo del teatro, y por la luz en particular. Viendo tus planos, tus bocetos, tus dibujos, las maquetas, tu inmensa documentación, creabas un mundo en el yo quería participar.
Después vino Almagro, el Festival, nuestra casa, nuestro segundo pueblo. Aquellos primeros años, ya hace 25, arrancamos contigo. En aquel momento éramos pocos: Toño, Mario, Avelino, Óscar, Javi, Juanjo, Raúl, Ramón, Marcelo, los Sevillanos… Una familia que tú formaste y ampliaste con los años: Briñas, Elisa, Maika, Chini, Pipo, Braulio, Jacinto, Alegría, Jon, Juan, Joselito, Jesús, Felipe, Huberto, Marina, Fran, Edu, Sergio y muchos más… que no me daría tiempo a nombrar, pero que saben y sabemos quiénes son. Un gran equipo.
Llegamos en un tren, desde Murcia, cargados de inquientudes y sin saber qué nos encontraríamos. Un tren regional que parecía sacado de una película de los años 60, y aquel trayecto se convirtió en un viaje sin vuelta atrás, que aún hoy continúa.
Recuerdo la primera noche en la Plaza Mayor, cuando nos enseñaste a Javi y a mí el Corral de Comedias. Estaba iluminado y parecía una maqueta de las muchas que tú haces. Y me abriste la puerta a otra realidad que se expandía e invadía todo el pueblo. Así, en aquellos primeros años, pude ver a los grandes, Adolfo Marsillach, Miguel Narros, José Carlos Plaza, José Luis Gómez, Manuel Canseco, Declan Donellan, etc. En todos los espacios que teníamos en marcha, Claustro de los Dominicos, Hospital de San Juan, Plaza de Santo Domingo, el propio Corral. Espacios y montajes iluminados por grandes maestros, como tú. Y ahí empecé a imaginar que, con mucho trabajo, quizás algún día llegaría a crear iluminaciones que transformaran los espacios, como te había visto hacer a ti tantas veces. Un mundo que, como la vida misma, oscilaría entre la luz y la penumbra, y que tenía que ser el mío.
Tú me apoyaste, y gracias a ello me dedico ahora a iluminar. Tarea no siempre fácil que, aún así, es mi pasión, y en gran parte es gracias a ti.
En este Festival hemos trabajado mucho, siempre en equipo, y lo seguimos haciendo, pero tú conseguiste, y consigues, que el trabajo se convierta en algo tan personal que se hace más liviano y sencillo de lo que realmente es. Es nuestro oficio, este oficio que muchos amamos y en el que, hagamos lo que hagamos, nos volcamos, como el primer día que pisamos el pueblo. Siempre parece que es la primera vez.
También hemos trabajado juntos, codo con codo, en numerosos proyectos, zarzuela, ópera, teatro,… Montando tus escenografías y trabajando en los diseños de iluminación, en teatros en los que hemos pasado horas y horas juntos. Horas de trabajo, cafés, charlas profesionales y personales, todas enriquecedoras. Recuerdo muchas de ellas, al igual que recuerdo cuándo dejaste de fumar estando en el Teatro de la Zarzuela montando Los Diamantes de la Corona. De lo que me alegré mucho.
Entusiasmo es la palabra que surgió cuando te conocí y todavía hoy la sigo teniendo presente. Es lo que siento cuando me enfrento a cualquier proyecto que afronto en solitario o contigo, y también cuando me vuelves a llamar para que nos juntemos en Almagro, con todo el equipo, y podamos vivir juntos esta gran fiesta que siempre ha sido y, a pesar de las circunstancias actuales seguirá siendo, el teatro.
Gracias Paco y enhorabuena de nuevo.
Pedro Yagüe. 20-Julio-2020