Aunque fuera de la serie de los “Encuentros de la Luz”, en esta ocasión AAI nos ha deparado, dentro de los actos de AFIAL, un auténtico encuentro con uno de los grandes iluminadores del panorama internacional de esta especialidad escénica, al invitar a Rick Fisher a pronunciar una conferencia en torno a su trabajo para el musical Billy Eliot. Tuvimos la fortuna de que aceptase la invitación y lo tuvimos con nosotros.
En la sala habilitada para el evento, unos minutos antes, cuando todo estaba ya casi preparado se produjo un apagón, y es que en casa del herrero… ya se sabe. Fue gozoso ver como el público llenaba la sala, la convocatoria había creado expectación. Una vez presentado, el conferenciante comenzó a hablarnos de sus comienzos en el teatro y del largo proceso que esto supuso.
Rick Fisher había nacido en Filadelfia donde creció y comenzó su formación. Actualmente reside en Londres desde hace 20 años. Es presidente de la ALD , Asociación de diseñadores de iluminación británicos.
Nos habló de cómo en su niñez fue atraído por las obras de teatro y los musicales en los que soñaba con ser actor. Intentó serlo pero pronto descubrió que no tenía talento para ello. A cambio sintió una nueva atracción: el trabajo en la sombra, entre bastidores. Observó que se podía crear mucho allí al servicio de lo que se desarrollaba en el escenario. Quedó admirado por la labor del regidor, y eso quiso ser. En la universidad, donde existía un buen departamento de teatro practicó todas las artes que organizan el escenario: escenografía, luces y sobre todo regiduría, corrían los años 70.
Ya en Londres trabajó en pequeñas compañías donde, debido a la precariedad de medios, debía realizar múltiples tareas. Poco a poco fue dándose cuenta que lo que de verdad le gustaba era las luces. Nos explicaba que, aunque aún mantenía en su mente la idea de la regiduría, el mundo de las gelatinas, los colores, le ejercía una atracción poderosa. De repente, sin una formación específica se vio envuelto en la actividad del diseñador de iluminación y… “aquí estoy” como sencillamente nos expresó. Se estableció en Londres definitivamente en 1996, dejó de conducir la furgoneta, de llevar sonido, luces y “sobre todo” regiduría y pasó al mundo de las grandes producciones. Dijo con gracejo: “Como más grande es el proyecto, menos ganas de que te lo pidan…”
Y pasó a hablarnos del proyecto de Billy Eliot, un proyecto con 20 años de historia, con versión de cine y de teatro. Era necesaria una gran versatilidad, tanto para escenografía como para luces. Lo pedían los numerosos cambios de escena y el trasiego de actores y figurantes, desde las escenas íntimas a las de gran presencia y evolución de personal y efectos. A un tiempo se quiso que la escenografía no apabullara las dimensiones humanas y en especial las del niño protagonista. Así se dispuso como elemento principal un muro bajo, descendente, cortado, que definiese el espacio vacío del escenario. Todo eran texturas de maderas. Los muros eran practicables y podían desplazarse llegando a vaciar el espacio. Muy importante era una estructura que emergía de una escotilla y se escondía de nuevo, se trataba de la casa de Billy con su habitación en lo más alto a modo de torreta. Se usaba también como elemento escénico el telón cortafuegos. Rick tuvo que estudiar con el escenógrafo la iluminación de calles, pues el muro que abrazaba el espacio era un problema para dejar pasar la luz. Acordaron usar torres de calle con un dispositivo de maquinaria que permitía bajar y subir las luminarias de modo que fueran rasantes a espacio vacío y después subieran hasta los huecos dispuestos como ventanas en el muro. Por otra parte se hacía necesario el uso de focos móviles que permitieran direcciones y colores diferentes en cada punto de luz.
Se encontraron con que en el teatro no había instalación suficiente para la propuesta, demasiado grande y hubo que alquilar el material de luces: mesa, luminarias, reguladores. Dificultades también para la colocación de la escenografía, conseguir el lugar adecuado entre las varas. Concibió como “alma” del diseño los VL 3000 por la brillantez de su luz, con ellos centraba zonas y términos, con luminarias tipo wash completaba y matizaba. La exposición fue muy generosa, con el plano sobre la pantalla nos fue explicando los tipos de proyectores y disposición, no me da lugar aquí a exponerlo, pero el profesional de la iluminación agradece estas muestras.
Después nos mostró imágenes de diversas escenas, no de la calidad deseada por lo que él se lamentaba. Habló de cómo efectos muy bellos se conseguían con pocos aparatos, otras veces son muchas las fuentes de luz, pero el aspecto es sencillo. Cómo se creaban distintos ambientes dentro del decorado, como la sensación de soledad dentro de la habitación, o la organización de zonas de atención a base de oscurecer, “contener” la luz en otros puntos. Dijo algo tan importante como que se buscó evitar los clichés de los musicales que impactan al público dándoselo todo hecho, era este un musical inhabitualmente oscuro donde, aunque no faltaba el color, la fantasía, incluso los gobos –los gobos no le gustan- se buscaba “no hacerlo todo para el público”, hacerle trabajar la imaginación.
El generoso artista expuso durante más de dos horas y nos encantó, pero ya no tengo espacio para explicar más cosas, quien quiera más le dejo mis apuntes. Me quedo para final con esta preciosa frase del maestro Fisher: “El mejor instrumento con el que podemos trabajar, es la imaginación del público”.
Pau Ferrer (AAI)
Video completo de la Masterclass : https://www.youtube.com/watch?v=QnmRr3NMv04
Phil Marfleet, Jefe eléctricos del Teatro Victoria Palace en Londres, donde se representa “Billy Elliot , el musical” desde 2005: http://www.youtube.com/embed/_kjddGbgEII?autoplay=1&showinfo=0
Página oficial del musical: http://billyelliotthemusical.com
Fotos del musical : Alastair Muir y David Scheinmann