Os invitamos a participar en una nueva actividad. Gracias a la cortesía y colaboración de la Galería Silvestre, tendremos la suerte de poder visitar esta magnífica exposición y saber más de la obra de esta joven artista, donde ella misma nos explicará su proceso de trabajo. Hemos dado el nombre de “Dibujar la luz» a esta actividad, debido a la relevancia que la luz tiene en la obra de Irene.
La exposición de Irene González, podrá visitarse del 17.11.2018 al 26.01.2019, pero un número reducido de socios, podrá disfrutar de una visita privada previa a la inauguración.
Lugar: Galería Silvestre. Calle Doctor Fourquet 21. 28012 Madrid
Fechas: 16 de noviembre.
Horario: 13:00h
Aforo limitado a 20 socios.
Actividad gratuita.
Atención: Aforo limitado a 20 personas. Si quieres acompañarnos a la exposición y conocer a fondo el trabajo de esta artista, puedes inscribirte a través del siguiente formulario:
FORMULARIO DE INSCRIPCION.
Irene González es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Granada en 2011 y Máster en Dibujo: Creación, Producción y Difusión en 2012.
En su trabajo queda patente el predominio del blanco y negro; así como también, una clara influencia de la fotografía antigua y, mayormente, anónima. El punto de partida en el proceso de trabajo de esta artista, es un gran archivo de imágenes que va creciendo día a día; una suerte de obsesión que genera un catálogo orgánico siempre creciente de imágenes nuevas, antiguas, anónimas, conocidas… pero siempre indicativas en el modo de aprehender el mundo por parte de Irene González.
Es precisamente después de repensar estas imágenes, cuando la artista empieza a crear sus dibujos: su universo. El resultado final de este proceso es el de una extrañeza que nos traslada a espacios que nos resultan familiares e inquietantes. No es casualidad que, ya en sus primeras obras, haya que buscar sus referencias visuales en las imágenes estudiadas y reproducidas por los fisonomistas decimonónicos, como Duchenne deBoulogne (entre otros); aunque también tome referencias del mundo de las artes visuales, retomando el camino de los trabajos en dibujo de Georges Seurat o del propio Edward Hopper.
A través de imágenes alusivas al recuerdo y la memoria, crea todo un universo que puede ser calificado como un “nuevo realismo”, marcado por las cicatrices, que nace de la suma de momentos, citas y recuerdos ajenos…
Hay un rasgo estilístico fundamental que destaca en todas sus series: el silencio.
Las imágenes transmiten una especie de quietud, un caos interior calmo, en el que la existencia parece suspendida, en espera.